Tango y migración

Tango en Vida MiaEl tango rioplatense es producto de la migración. Como la mayoria de la música latinoaméricana, el tango tiene raices africanas. Se dice del tango que su padre es el candombe y su madre la milonga. Uno de cada cinco habitantes de Buenos Aires y Montevideo era negro a mediados del siglo XIX, que es cuando surge el tango como género musical. La población afroargentina fue diezmada por la Gran Guerra y la fiebre amarilla, pero sus comparsas y tradiciones musicales se mantuvieron.

El tango vive una evolución apasionante producto de las grandes olas migratorias que vivieron Argentina y Uruguay entre los siglos XIX y XX. Ernesto Sábato define el tango como un “hibrido” gigantesco que reune elementos culturales de las grandes olas migratorias europeas que se fusionaron con los ritmos afroamericanos. Por las famosas comparsas del candombe el tango está vinculado también al carnaval. No es casual que el tango mas famoso mundialmente sea “La cumparsita”.

Pero el tango es también un «testigo social«, como lo afirmara Andrés Carretero. Estuvo vinculado a la vida del proletariado surgido por la migración y sus textos más famosos los manifiestan. La figura del compadrito, como rufián  no es simple alegoria anecdótica. Al igual que en otras latitudes marcadas por migración, el tango no se bailaba en los salones de la burguesia más pendiente de París que de Buenos Aires. Eran los coventillos, los prostíbulos los lugares donde se desarrollaba el ambiente del tango.

Como género musical el tango tiene una ruta bien definida. Con la llamada Guardia Vieja de Mendizavak y Villoldo, hasta la gran revolución musical de Julio Decaro hasta la época de Oro con Juan D’Arienzo como el rey del compás, el tango vive una historia única y apasionante que no cautiva aun hoy día.

El tango es hoy patrimonio cultural de la humanidad. Es ya un género universal y es único, desde Buenos Aires y Montevideo hasta Berlín, Estambul y Japón se volvió un culto lleno de fieles adeptos.