Los costos del cripto-populismo y la inclusión financiera

¡El mágico dinero!
Invisible y vacío,
es la señal y el signo,
la palabra y la sangre,
el misterio y la cifra,
la espada y el anillo.

Octavio Paz: “Entre la piedra y la flor”

© Pedro Morazán, Marzo de 2023

El mundo está viviendo, de nuevo, momentos de disrupción. No es la primera vez que las nuevas tecnologías digitales incursionan en el complejo mundo de las finanzas. Los mercados financieros nunca estuvieron exentos a las innovaciones tecnológicas. Las llamadas criptomonedas o monedas digitales como Bitcoin o Ethereum se han convertido ya en fenómenos reales con consecuencias impredecibles hasta ahora. Las criptomonedas llegaron para quedarse, como lo indica Daron Acemoglu. Pero no solo los mercados financieros son actualmente presa de la fascinación de las criptomonedas, también países pobres y sus lideres políticos han visto en ellas la tabla de salvación a los problemas caseros, entre los cuales uno de los más evidentes es la exclusión financiera de una gran parte de sus ciudadanos. ¿Qué tan realista es la promesa “libertaria” de las criptomonedas? ¿Son ellas el Calix sagrado que dará solución a los problemas de escasez financiera en países pobres?

 

¿Qué es una criptomoneda?

Como preámbulo vale una somera aclaración. En vista de que una moneda, por definición, cumple diversas funciones, entre las cuales las más importantes son: medio de pago o intercambio, unidad de cuenta o medida y reserva de valor, hablar de “criptomonedas” es un tanto problemático. De hecho la literatura de especialidad se refiere a estos constructos con el nombre de «criptoactivos». Para efectos de comprensión, nos referiremos aquí, sin embargo, a los criptoactivos, como criptomonedas.

Una criptomoneda es pues, un activo digital que puede circular sin la autoridad centralizada de un banco o un gobierno soberano, por lo que carece de las funciones específicas características de una moneda fiduciaria, como el Dólar o el Lempira. Esto implica que su seguridad y su valor no son garantizados por un Banco Central. Hasta la fecha, existen más de 22 mil proyectos de criptomoneda que representan un valor total de más 810 mil millones de dólares del mercado de las criptomonedas. La criptomoneda más conocida y más utilizada hasta la fecha es el “Bitcoin”. ¿Cómo surgieron las criptomonedas?

Un parto misterioso

En el año 2008 un informático de altos vuelos publicó en internet, un ya legendario “Libro blanco” bajo el título, “Bitcoin: un sistema de dinero en efectivo electrónico de usuario a usuario”. Con una extensión de apenas ocho páginas, dicho documento explicativo describe uno de los algoritmos que están revolucionando las finanzas y que está en la base de la criptomoneda Bitcoin y de la tecnología de “bloques en cadena”, más conocida como “blockchain”. Lo misterioso de todo esto es que hasta el sol de hoy nadie conoce la real identidad del creador de Bitcoin quien publicó su documento en el sitio www.bitcoin.org, bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto. 

Busto de Satoshi Nakamoto, Budapest. © Creative Commons

Fue recién el 9 de enero de 2009 cuando el susodicho Nakamoto liberó la versión 1.0 del software que permitía crear monedas de Bitcoin. Por medio de dicho software es posible conectar varias computadoras en todo el mundo. La idea es relativamente simple, los usuarios de las computadoras pueden realizar transacciones entre sí, sin que exista una instancia central que las regule. Basta con que se haga una lista de las transacciones, visible para todos, evitar que se gaste dos veces la misma moneda y crear nuevas unidades monetarias con la ayuda de bloques encadenados por códigos criptográficos altamente complejos.

Podemos decir que Bitcoin es la primera moneda digital descentralizada del mundo y que cuenta actualmente con la más alta capitalización en el mercado de criptomonedas (ver tabla más abajo). Desde que Satoshi creó en 2009 el Bitcoin, ha surgido todo un complejo ecosistema de criptomonedas en rápida evolución y expansión. En la actualidad existen, según las expertas y los expertos, más de 22.000 criptodivisas, frente a las 1.500 de 2018. Lo que empezó como un ejercicio informático en la era de la digitalización, se ha convertido en un modelo de negocios financieros que atrae no solo a los curiosos, sino también a magnates como Elon Musk o “presidentes millennials” como Nayib Bukele. Sin embargo dichas criptomonedas se caracterizan por tener precios muy volátiles y carecer de respaldo físico. Debido a esto han surgido otras criptomonedas que son convertibles a pedido y a un precio fijo en algo que supuestamente es más estable, las autodenominadas «monedas estables» («Stablecoins»).

Las 10 criptomonedas más importantes de 2023

Nr.

Criptomoneda

Capitalización de mercado

(mil millones de dólares)

Precio en US$ (03.01.2023)

1.

Bitcoin (BTC)

502.3

25,985

2.

Ethereum ETH)

213.7

1,746

3.

Tether (USDT)

73.2

Stablecoin $1.0

4.

Binance Coin (BNB)

49.8

315

5.

U.S. Dollar Coin (USDC)

39.4

Stablecoin $1.0

6.

XRP (XRP)

19.3

0.38

7.

Cardano (ADA)

12.4

$0.36

8.

Polygon (MATIC)

10.7

$1.22

9.

Dogecoin (DOGE)

10.0

$0.08

Fuente elaboración propia en base a Forbes, 2023: https://www.forbes.com/advisor/investing/cryptocurrency/top-10-cryptocurrencies/

Las criptomonedas como promesa

Al hablar de las criptomonedas como promesa, nos gustaría hacer referencia a lo remarcado por el economista Robert Shiller, ganador del Premio Nobel de economía. En su libro «Narrative Economics«, Schiller nos hace saber que las criptomonedas son sobre todo una historia maravillosa: «Es una historia para gente joven y cosmopolita, una historia de anarquía y tecnología avanzada, que tiene a Satoshi Nakamoto como superestrella. Es, en parte, la historia de una burbuja, pero también es una historia de crimen y thriller». Compara la burbuja de Bitcoin con la llamada burbuja de los tulipanes que sufrió Holanda en 1.630.

Se ha vuelto ya muy difícil navegar en el léxico informático que está detrás de las criptomonedas. De hecho la complejidad surge en el momento en que se intenta vincular o transformar estas criaturas digitales en valores reales. Al contrario de la evolución de las antiguas formas del dinero las criptomonedas no surgen de la dinámica de intercambio de mercancías, sino del avance de la digitalización y la criptografía facilitada por la elevación de la potencia de cálculo. Por ello pensar que ellas van a sustituir a las otras manifestaciones del dinero como fenómeno económico resulta una quimera. Afirmar esto, no es estar en contra de la innovación tecnológica, ni mucho menos. Es simplemente tomar en cuenta que los fenómenos económicos son tan complejos, que no se pueden simplificar con la ayuda de un algoritmo. Tampoco con una fórmula como ya lo intentaron tantas veces “les terribles simplificateurs” de la escuela neoclásica.

© Jorge Franganillo, https://www.flickr.com/photos/franganillo/50799812983/

Como se puede observar actualmente, los sistemas de pago y de ahorro se ven de nuevo amenazados ante las deficiencias de la regulación estatal. El derrumbe de FTX, el criptoimperio de 32 000 millones de dólares del «niño prodigio» Sam Bankman‑Fried, es uno de los ejemplos que muestran que las beleidades de las criptomonedas no son más que eso, una promesa para incautos. Como afirmaba Kennet Roggof este «derrumbe parece encaminado a convertirse en una de las grandes debacles financieras de la historia. Con una trama llena de famosos, políticos, sexo y drogas.

Pero parafraseando a Mark Twain, si hablamos de las criptomonedas en sí, los rumores acerca de su muerte pueden resultar muy exagerados. Especialmente si tomamos en cuenta que la tecnología de cadenas de bloques está ya contribuyendo de manera positiva a mejorar la gestión pública y la transparencia. A pesar de todo, muchos de los cambios procedentes de la era digital amenazan la seguridad de los sistemas financieros especialmente en los países en desarrollo.

Criptoespeculación y crisis bancaria

El sistema financiero ofrece un cocktel sumamente explosivo. Esta situación no es nueva en realidad. La única diferencia es que al contrario de la gran crisis financiera de 2008 desatada por la quiebra del Lehman Brothers, las criptomonedas parecen jugar un papel cada vez más relevante en el casino de las especulación de los magnates. En las semanas recientes los precios de las criptomonedas han vuelto a subir como resultado de las turbulencias del sector financiero estadounidense y europeo, al que han sucumbido tres bancos estadounidenses y que provocó la absorción de Credit Suisse Group AG por UBS Group AG el fin de semana. Los entusiastas promotores de los criptoactivos, consideran que su sector es uno de los beneficiados, precisamente porque con la subida de los intereses de la Fed y el Banco Central Europeo muchos inversores buscan proteger sus activos reales comprando criptomonedas. Ellos saben perfectamente que los tokens están fuera del alcance de los gobiernos y alejados de cualquiera de los problemas que se producen con los distintos bancos tradicionales.

Hasta que punto tales eventos son de larga duración, es difícil de pronosticar. La característica principal de las criptomonedas como Bitcoin es su extrema volatilidad, proveniente precisamente de su cuetionable valor intrinseco. Esto implica que el precio de dichos activos puede ser manipulado facilmente por los grandes inversores. La fuerte caida de más del 60% del valor de Bitcoin, cuando se anunció la primera subida de la tasa de interéses por la Fed en 2022, es un ejemplo de ello.

Como lo afirma del Banco de Pagos internacionales (BIS) en su Informe Anual de 2021, «El criterio primordial a la hora de evaluar un cambio en algo tan central como el sistema monetario debe ser si sirve al interés público que incluye no sólo los beneficios económicos, , sino también la calidad de los mecanismos de gobernanza y los derechos básicos, como el derecho a la privacidad de los datos.“

Para garantizar que los sistemas de pago funcionen como un bien público, las autoridades deben considerar detenidamente la implantación de una moneda digital del banco central. Dependiendo de las capacidades y necesidades nacionales, y de los retos que plantee la creación de una moneda de este tipo, las autoridades podrían crear alternativamente un sistema de pagos minoristas rápidos. Además, dado el riesgo de acentuar la brecha digital en los países en desarrollo, las autoridades deberían mantener la emisión y distribución de efectivo. UNCTAD 2022a

El criptopopulismo en El Salvador

«Vamos a crear nuestro propio oro» fue una de las tantas frases rimbombantes con las que, Nayib Bukele, presidente de El Salvador, justificaba la introducción del Bitcoin, como moneda de curso legal en El Salvador, un país con serios problemas financieros y un sobreendeudamiento externo cada vez más preocupante. Nos parece estar viviendo el renacimiento de aquel Macondo de los primeros dias, cuando el por entonces corpulento Melquiades, llevó un enorme imán a lo que era una «aldea de veinte casas de barro y cañabrava». «José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.»». 

Y asi entonces, el amigo Bukele anunciaba via Twiter su proyecto de crear una «Bitcoin City». La idea era, evidentemente llevar la «mineria digital» a El Salvador. Un imán que transformaría el «oro digital» de Bitcoin en los tan ansiados dólares para financiar megaproyectos. Un volcán y una central geotérmica resolverían uno de los tantos dilemas que representa Bitcoin: Un consumo anual de energia comparable al de un país como Suecia o Dinamarca.

Nayib Bukele: Discurso ante la Conferencia de Bitcoin en San Salvador 2021
Foto Marvin Recinos/AFP via Getty Images

Contenedores para minería Bitcoin podrían ser instalados y funcionar creando la tan ansiada riqueza. El gobierno pensaba utilizar la energía de los volcanes Tecapa y Conchagua para alimentar a la Bitcoin City, que además sería financiada con los llamados «bonos volcán», una inversión de más de mil millones de Dólares cotizables en monedas Bitcoin. Aún se desconoce cuándo se emitirá este método de financiamiento estatal, pero ya fue aprobada la Ley de Activos Digitales que servirá de marco legal para la oferta pública de criptoactivos.

Quierase que no, El Salvador se ha convertido en una suerte de paraiso para los entusiastas aficionados de las criptomonedas. Curiosamente son también gobiernos dictaroriales como el de Venezuela o Nordcorea los únicos que se han atrevido a volver realidad el llamado «modelo libertario» de las criptomonedas.

Para Bukele su Bitcoin City es una «Alejandría moderna», una especie de Zona Especial de Desarrollo (ZEDE) donde los inversionistas estarán excentos de pagar impuestos.

El Berlín de El Salvador.

Hay una comunidad, como tantas otras en El Salvador donde habitan unas 76 familias sin acceso al agua potable. Su nombre es Berlin y limita con los terrenos donde está siendo instalada la Bitcoin City. Con la llegada de tanta gente rara proveniente de los países ricos, también en «Berlin» la gente pensaba que si había oro real. Querían por fin un pozo de agua y seguramente sería posible financierlo con tanta gente rica. Lamentablemente las cosas no han resultado tan fáciles. Es más, se sabe ya que muchas comunidades vecinas al proyecto de un aeropuerto para Bitcoin City están siendo desalojadas.

Nadie puede negar los problemas reales de un país pobre y sin oro real como El Salvador. Aproximadamente el 70% de los salvadoreños no tiene acceso al sistema bancario tradicional. En este país de unos seis millones de habitantes, muchos dependen de las remesas de sus familiares en Estados Unidos para cubrir sus gastos básicos

¿Un chivo expiatorio?

Bukele apostó más de 375 millones de dólares al nuevo sistema de pago bitcoin del país. Y fracasó. A los usuarios de Chivo, el criptomonedero de Bitcoins, se les ofreció un bono de registro de 30 dólares, que la mayoría retiró de los cajeros automáticos antes de borrar el monedero de sus teléfonos. El banco central afirma que menos del 2% de las remesas se han enviado a través de los famosos chivos. Una encuesta reciente reveló que el 86% de las empresas salvadoreñas nunca han realizado una transacción con Bitcoin.

Bien se sabe que Bukele es un hombre muy pragmático y poco dado a trabajar en equipo y con expertos para desarrollar estrategias de largo plazo. El sigue creyendo en que emitiendo un «Bono Bitcoin» para financiar la construcción de su «Bitcoin City» los dólares reales inundaran a ese pequeño país, con un gasto militar exagerado y un deficit fiscal creciente. Nunca faltará un «chivo expiatorio» a la hora de lavar las culpas de los otros.

La legislación establece normas para la creación de los bonos estatales de El Salvador, que estarían basados en bitcoin. Lo que ha indicado el gobierno salvadoreño es que, con la emisión de los bonos, esperan conseguir más de USD 1.000 millones para la compra de BTC y para la construcción de la Bitcoin City.

La mitad de la recaudación de los 1.000 millones de dólares del bono respaldado por bitcoins se destinará a comprar más bitcoins. La otra mitad se destinará a infraestructuras y a la extracción de bitcoins con energía geotérmica del volcán Conchagua. Además de la oferta de residencia permanente por sólo tres bitcoins, los extranjeros que se instalen en Ciudad Bitcoin estarán exentos de impuestos sobre la renta y las plusvalías.

Las perspectivas

Como lo muestra el caso de El Salvador, la aparición y popularidad de las criptomonedas en los países en desarrollo se ha asociado a la inclusión financiera y a la facilitación de remesas. Después de la derrumbe de TFX las voces de alarma que piden regulación del mercado de criptomonedas son cada vez más fuertes. Por su parte los Bancos Centrales no han permanecido de brazos cruzados y han comenzado con la emisión de las llamadas monedas digitales de los bancos centrales, conocidas como CBDC (Central Bank Digital Currency). Las CBDC en los países en desarrollo (a diferencia de los países avanzados) tienen el potencial de bancarizar a grandes poblaciones no bancarizadas e impulsar la inclusión financiera, lo que puede aumentar los préstamos en general y reducir los riesgos de desintermediación bancaria (Tan, 2023). 

La implementación de las CBDC en gran escala todavia no es algo inminente, como lo apunta Jan Eeckhou: «A los banqueros centrales les asusta la posibilidad de matar a la gallina de los huevos de oro de los bancos tradicionales, el pretexto es que con ello causarían el colapso del sector bancario. Los grupos de presión de la banca privada se opondrán con fuerza a la innovación digital y procurarán mantener su posición dominante, sacrificando la estabilidad del sistema financiero». No todo está dicho hasta ahora pero, como lo remarca el autor mencionado, todo será que las primeras grandes economías den el primer paso y veremos como los Bancos Centrales asumiran el rol que les corresponde para proteger a los ahorrantes.  De hecho ya existe una gran cantidad de empresas que ofrecen elegantes aplicaciones y servicios innovadores para hacer pagos inmediatos con teléfonos inteligentes. Estos sistemas no tienen nada que ver con el obscuro mundo de las criptomonedas y protegen a los clientes de las corridas bancarias del inestable sistema financiero dominante.

Como bien lo describe la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI) en su reciente „Informe Especial“, la inclusión financiera entre los segmentos excluidos y desatendidos de los países en desarrollo y emergentes ha experimentado mejoras significativas en la última década. El diseño de la CBDC puede abordar las limitaciones específicas de acceso que actualmente afectan a los servicios financieros digitales. Sin embargo, es probable que siga limitada por la escasa y deficiente cobertura eléctrica en los países pobres.

Para garantizar que los sistemas de pago funcionen como un bien público, las autoridades deben considerar detenidamente la implantación de una moneda digital del banco central. Dependiendo de las capacidades y necesidades nacionales, y de los retos que plantee la creación de una moneda de este tipo, las autoridades podrían crear alternativamente un sistema de pagos minoristas rápidos. Además, dado el riesgo de acentuar la brecha digital en los países en desarrollo, las autoridades deberían mantener la emisión y distribución de efectivo. UNCTAD 2022a

A criterio de la UNCTAD existen por lo menos tres políticas que los países en desarrollo pueden considerar para garantizar la regulación financiera respecto a las criptomonedas; restringir la publicidad relacionada con las criptomonedas y proporcionar un sistema de pago público seguro, fiable y asequible adaptado a la era digital, como una moneda digital del banco central o un sistema de pago rápido al por menor.

Evidentemente que tales recomendaciones resultan sumamente difíciles de implementar en los países de menor desarrollo como Honduras. El mercado de las criptomonedas se ha convertido en una mesa de juego de grandes inversores, especuladores y agentes de negocios criminales. Por otro lado la mayoría de los proveedores de criptomonedas y las plataformas para su intercambio tienen su sede en los países más ricos. Son éstos entonces los que tienen una mayor cuota de responsabilidad estructural para evitar más distorsiones de los mercados financieros que afecten a los más pobre.

Bibliografía

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AFI (2022). Central Bank Digital Currency – An Opportunity for financial inclusion in developing and emerging economies, Special Report, Alliance for Financial Inclusion.

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UNCTAD, 2022c. The cost of doing too little too late: How cryptocurrencies can undermine domestic resource mobilization in developing countries